miércoles, 2 de febrero de 2011

NO HAY NADA QUE EL TIEMPO NO PUEDA

La pasta tardó QUINCE minutos para que el parmesano la cubriera, y dejarla envuelta en un carapacho fuerte y crujiente (entre improvisación y receta), TREINTA minutos para que Juan llegara del trabajo a comerla (entre ocio y trabajo) y DIEZ minutos después, para que yo tomara el té que anhelaba hacía CUATRO horas. DOS meses tardó María en olvidar a Sergi y volver a pensar en Paul (que había olvidado UN año atrás). CATORCE minutos me tomó escribir esto, UN mes y TRES días para volver a escribir aquí.
A los DIECIOCHO años mi abuela conoció a mi abuelo, que llevaba viviendo VEINTIDOS años, SEIS meses tardaron para casarse,(y DIEZ AÑOS para divorciarse)UN mes para que papá naciera, VEINTE años para que conociera a mi mamá y al año casarse,(NUEVE años para divorciarse)TRES años para que yo naciera (y gastara mi tiempo escribiendo esto)
He aquí una foto de mis abuelos:

No hay comentarios.:

Publicar un comentario